No todo lo que se ve, es todo lo que hay.

Imagen de: alexisguaca.blogspot.com
Imagen de: alexisguaca.blogspot.com

La información con que contamos a diario, nos permite comunicarnos, trabajar, elegir, apoyar, disentir acerca de modelos sociales, económicos y políticos, hasta el informe meteorológico que nos condiciona en la forma de vestir.

Siendo un suministro tan  vital sería interesante que repasemos en cómo conseguimos esa información, que recursos propios o ajenos ponemos en acción la para conseguirlos.

Muchas veces actuamos de una forma cómoda de conseguir la información y hasta  nos

comportamos como críticos de cine, manifestamos nuestra adherencia o rechazamos enérgicamente ciertos posicionamientos de otras personas; pero, en esa actitud de una pretendida selección de información, si reflexionamos, no es tal.

Vivimos en la sociedad del conocimiento, de la información, una era fascinante; asimismo, es tan fácil padecer lo que se llama «infoxicación«, es decir, tomamos todo lo que aparece delante de nuestras narices.

Ya se advierte que, «manejar mucha cantidad de información refleja pobreza de atención» y también es verdad que solamente seleccionamos lo que está expuesto.

He aquí que como seres pensantes y con capacidad de crítica de la información que incorporamos como sustento de las decisiones que tomamos a diario; lo interesante sería, que saliéramos de esa comodidad  de recibir y nos propusiéramos construirla, puede ser que nos estemos perdiendo de valiosa información.

Cuando solamente tomamos lo que está expuesto, es muy probable que estemos evaluando a través de  intereses de otros y tomando decisiones poco inteligentes, por lo que la comodidad nos cuesta caro.

Ser prosumidores es una actitud, un hábito que incorporamos cuando comprobamos  que  nuestra cosmovisión se amplía, al crear la información que nos interesa, que en definitiva es imprescindible para el desarrollo personal y profesional.

Cuántas veces nos enteramos hoy…de algo que pasó ayer y nos preguntamos ¿dónde estaba que no la vi?  puede ser que haya estado publicado o puede ser que ex profeso no haya estado publicado en tiempo y forma: entonces… la comodidad de recibir nos cuesta caro.

La información no siempre está al descubierto, muchas veces hay que buscarla, pedir, exigir y les puedo asegurar que las cosas se ven distintas, se pueden descubrir lugares, pensamientos, oportunidades que no las visualizábamos. Este es un ejercicio que tuve que practicar al realizar la tesis, que al principio implicó esfuerzo pero luego se convierte en una rutina.

Un profesor de filosofía ante la pregunta de un alumno sobre ¿cómo podía lograr trascender en la vida? le contesta que lo va a lograr «cuando tenga pensamiento propio».

Cada uno de nosotros ¿somos consumidores o prosumidores?

La comodidad cuesta caro ¿nos animamos a ser prosumidores de nuestra información?

5 respuestas a «No todo lo que se ve, es todo lo que hay.»

  1. Me gustó mucho la frase de “manejar mucha cantidad de información refleja pobreza de atención”. Gran verdad, hemos pasado de la era de la información a la era de la sobreinformación. Al final nada es relevante.

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    1. Gracias por tu comentario!
      Esa frase, más o menos así, la he leído en algún lado, no recuerdo exactamente donde (sufro de infoxicación .-).
      Creo que al principio estamos como en una gran tienda de juguetes, queremos todo; pero, después nos damos cuenta que, no nos interesa todo lo que circula y solos, vamos quedándonos en la tribu que nos interesa.
      Saludos

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